Cuarenta dos millones y medio de iraníes salieron a votar en comicios que deciden si Irán sigue el camino tradicional o por el contrario elige a alguno de los líderes reformistas moderados que quieren llegar al poder.
Las encuestas previas anticiparon que la pelea final será entre el conservador Ahmadinejad y el reformista Mousavi, sin embargo si ninguno de los candidatos obtuviera el 50% deben irse a una segunda ronda, que sería celebrada la próxima semana.
Según la revista Semana, la jornada electoral ha transcurrido con tranquilidad, el único inconveniente presentado fue el de los simpatizantes del ex primer ministro Mousavi, quienes se quejaron de problemas en el servicio de mensajes de texto, lo que les ha impedido coordinar el monitoreo de los puestos de votación.
Las elecciones se celebran tras una campaña electoral en que el tema de la economía fue el argumento dominante, y donde la batalla por la presidencia despertó un gran interés en la población, tanto que hubo varios encuentros multitudinarios en apoyo a esta contienda electoral.
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